Un giorno ancora

Joseph Conrad, hablando del personaje de Bessie, la llama «la primera creación femenina consciente de toda mi obra».
Bessie sufre la angustia psicológica de su padre ciego, que la humilla y la trata como a una sirvienta en la creencia de que es su deber, como hija y mujer, desempeñar ese papel. De este modo, le impide vivir su vida libremente y elegir su futuro.
El capitán Hagberd, por su parte, atrae a Bessie a su mundo de locura e ilusiones. A él también le habría gustado elegir el destino de su hijo Harry, quien, sin embargo, prefirió huir antes que someterse a sus imposiciones, y ahora al capitán se le mete en la cabeza que Bessie podría ser la esposa ideal para el hijo perdido que no ha visto en dieciséis años. Cuando Harry regresa de verdad, Bessie se enfrenta a la mentalidad ya no de dos hombres sino de tres, tomando conciencia definitiva de la triste realidad en la que está atrapada.